Las 4 reglas para gestionar «personas imposibles»🤓

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«Persona imposible» es algo que escuchamos de vez en cuando

Muchas veces hablamos de personas que realizan conductas inapropiadas o personas que generan fricciones con frecuencia.

Obviamente es una expresión exagerada, pero es sencillo entender el concepto.

Ahí van unas claves con las que quizás te identifiques a la hora de enfrentarte a este tipo de situaciones.

Y , confiésalo, tú también puedes ser «imposible» !

 Nunca te dejes llevar por la tentación de la etiqueta

Así es. Hemos hablado muchas veces de ese liderazgo tan poco efectivo que existe en muchas empresas. Es la técnica del «Etiquetado y Envío»

Etiquetamos a la persona como problematica y nos encargamos de que los demás tengan la misma percepción (voluntaria o involuntariamente) por el simple hecho de que no nos gusta.

Aquí tenemos una causa de ese mal endémico que es la fuga de talento

Creer que las personas son «difíciles» porque quizás tienen más talento que nosotros, son más proactivas, proponen, arriesgan, comunican su visión… pero no porque estén causando problemas reales en un equipo.

Ese etiquetado funciona de manera fulminante en RR.HH. 

Porque, una vez la etiqueta se extiende (la fase del envío), la persona «problemática» arrastra esa fama incidiendo en cómo los demás van a comportarse con ella.

Recuerdo en mi primer trabajo, como coordinador de una escuela de formación privada, cometí el error de «etiquetar y enviar» a un chico joven que colaboraba conmigo en la generación de contenidos.

Y lo hacía porque, sinceramente, me parecía un peñazo todo lo que me comentaba, sus observaciones no tenían sentido para mi, todo era tan técnico, tan escasamente empático, siempre con la sensación de que trataba de apabullarme más que ayudarme.

Así que ZAS! Le encasqueté la etiqueta de «pesado inconformista que nunca le gusta nada ni habla claramente», no lo hice con malicia (más bien sin pensar) ni me molesté en ser discreto y eso tuvo un efecto demoledor.

Que gran error por mi parte. Pero no me di cuenta hasta que el daño estaba hecho.

Aunque la historia acaba bien.

Porque este chico , en mi siguiente trabajo como gerente (y algo más experimentado), logré que fuera contratado como programador en una gran empresa del sector IT . Ahora es un jefe de equipo bien valorado y remunerado.

Podemos clasificar los problemas por tipologías de personas difíciles, pero para elaborar una estrategia , sin etiquetarlas socialmente con el fin de «anular» su efecto

 

 

Asumir que las «personas imposibles» deben ser parte del mundo

Como en el mundo tiene que haber de todo, el tener una «persona imposible» es parte del trato. Aunque me cueste motivación, productividad, y dolores de cabeza

A los verdaderos líderes se les juzga, entre otras cosas, por lidiar con situaciones difíciles, no por llevar la balsa cuando va todo como la seda. 

Y que , además, sean capaces de generar emociones positivas en el proceso.

Pero ponemos excusas como «ahora no tengo tiempo de ocuparme de eso», «no es para tanto, he visto cosas peores», «el incidente ya pasó»…

¿Pero hay algo más importante que la motivación y productividad del equipo?¿Que todos podamos trabajar bien, a gusto, reconfortados y auto-motivados?

No importa cuál sea tu puesto, con mayor o menor responsabilidad.

Actúa. Con estrategia, sin dramatismo ni ánimo destructor, porque mañana podrías ser tú esa «persona imposible».

Pero no te quedes mirando cuál oveja perdida la injusticia del mundo sin mover un dedo.

 

El proceso de transformación de una conducta requiere que des pasos estratégicos, y no ir con la escopeta cargada

Primero necesitas observar con calma.

Cuando veas una conducta difícil, no te precipites, porque puedes observar una conducta aparentemente inadecuada y juzgar sin conocer el contexto.

Necesitas información de la persona, pero también de su entorno, y de su rendimiento, más allá de las conductas observables.

Pero no despiertes rumores creando globos sonda en el entorno. Porque lo empeorarás.

Después necesitas el contacto con estrategia (veras algunas en la siguiente pista)

Esto es, no poniendo en la mesa directamente la cuestión, porque sólo lograras que la persona se ponga a la defensiva o se distancie. Los encuentros de reconducción deben partir (y terminar) en un tono distendido.

 Debes planificarlo y no hacer una dramática llamada de «ven aquí»

Si sólo buscas sorprender, pillar a las personas, dar el primer paso de manera dominante, harás un flaco favor al ambiente laboral. No es cuestión de SUSTO o MUERTE

Veamos un ejemplo de una conducta , quizás no muy adecuada , pero ni de lejos como para hacer lo que hizo este señor.

Todavía recuerdo como un CEO (bastante altivo y, desafortunadamente, habiendo asumido un papel que le divertía bastante, el de sorprenderte) fue persiguiendo a una pobre becaria desde la recepción hasta el 2º piso porque había saludado con demasiada rapidez a la persona que estaba en recepción.

¿El resultado?

Claro que todo estábamos de acuerdo en que hay que saludar cortésmente cuando entras en cualquier sitio, pero eso no justifica que, delante de todo el departamento, le lances una perorata sobre la buena educación.

Con eso no se logró advertir sobre un pequeño error (que nos puede pasar a todos con prisas) sino que se hizo hincapié en que había un señor dispuesto a perseguirte para decirte una cosa obvia.

¿Quién es la persona imposible?

Pensar que todas las «personas imposibles» son iguales y se gestionan con los mismos mensajes

Esto es la misma clase de tontería del que piensa que a todo el mundo se le motiva de igual forma.

Porque un empleado/compañero/colaborador/lo que sea, puede ser «imposible» de muchas maneras (o mejor dicho, podemos serlo todos en algún momento).

Pero no pienses en las personas que te vienen a la cabeza, sino en tu propia conducta, que es mucho más sano.

Porque podríamos hablar de las personas que intimidan al equipo, las dramáticas que provocan angustia sistemática ante las dificultades, las solitarias que dificultan la comunicación fluida, las «estrategas» de la conspiración que trabajan «en paralelo»…

Pero esas etiquetas serán dañinas como nos dediquemos a quedarnos en la clave nº1, esto es, etiquetado y envío.

Todos podemos ser esa persona imposible en algún momento. Pero ya sabes que sólo es una expresión que revela un problema.

Lo inteligente es gestionarlo con estrategia , sin dejar que un equipo de talento sea otra muestra de que no hemos querido enfrentarnos a las dificultades. Y así concentrarnos en superar objetivos, no en hacer un mero checklist de tareas.